¿Quién de nosotros no ha sentido la fascinación de saludar el paso del tren especialmente cuando éramos pequeños? El ser argentino posee una gran conexión con el sistema ferroviario, aún ante la verdad de que la gran mayoría no ha logrado viajar alguna vez, pero tenemos una fascinación incorporada en la sangre debido posiblemente a que de alguna manera tenemos la nostalgia de nuestros antepasados llegando a estas tierras a “hacer la América”.

     Mezclando esa melancolía de nuestros genes y las posibilidades de los tiempos modernos, se plasmó una tierna historia de amistad que rompe generaciones y que tiene su epicentro en la localidad de Aldao, donde un pequeño niño llamado Félix De Luca, de apenas 3 años de edad, saludaba como tantos otros días el paso de la formación ferroviaria.

    Los avatares de la tecnología hicieron que el maquinista Walter Pucheta, radicado en Sunchales y tercera generación de ferroviario, mientras pasaba a baja velocidad a todo bocinazo, con su celular tomó una foto de Félix saludándolo para postearla en redes sociales, al mismo tiempo que los papás del niño hacían lo mismo.

    Intervención de terceros mediante, ambas partes lograron contactarse para generar una amistad en plena época de pandemia, a la espera de que puedan estrecharse en un abrazo fraternal y, por qué no, frenar un rato el convoy para jugar en la placita a metros de las vías.

 

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Por h8000024