Si bien todo hecho delictivo resulta ser repudiable, el suceso se torna aún mucho más indignante cuando se convierte en damnificada una institución que trabaja día a día para contribuir a construir una sociedad un poco más justa y que resulta ser una pieza sumamente vital en el entramado social de la comunidad que la rodea y la nutre.

Esta situación encuentra su eco no solamente en las calles sino especialmente en este nuevo vehículo de transmisión de noticias como lo son las redes sociales, donde se ha replicado el repudio ante la sucesión de hechos delictivos que viene sufriendo el Club Social y Deportivo Ibarlucea.

Tal como ha señalado el entrenador de tenis Cristian Aguirre, en un periodo de apenas diez días la institución ibarlucense ha tenido que pasar por tres hechos delictivos, donde le han sustraído herramientas de trabajo y materiales deportivos entre otros elementos. Más allá de la pérdida material, la indignación pasa por la función de sostén que cumple el Club y que es avasallada por estas fechorías.

 

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Por h8000024